Las diferentes capacidades que muestran los alumnos en clase, su distinta procedencia cultural y sus dispares condiciones físicas son algunas de las piezas que complican la tarea de los maestros. Un proyecto europeo sobre interculturalidad trata de encontrar las claves para tratar estas situaciones.
La diversidad en las aulas es, de todas las dificultades, quizá la mayor que encuentran maestros y profesores en su trabajo diario. Cómo organizar una clase en la que hay niños de diferentes culturas, edades, capacidades físicas e intelectuales no es tarea sencilla. En solucionar este extremo se afanan pedagogos de todo el mundo que ensayan experiencias aisladas de irregulares resultados.
Un nuevo proyecto europeo que comparten tres universidades - las de Sevilla, Lieja (Bélgica) y Siena (Italia) - trata ahora de encontrar claves que puedan servir de referencia a todos los docentes de los países europeos que tengan que afrontar este tipo de situaciones. Financiado por la UE a través del programa Sócrates Comenius, el proyecto pretende orientar a los futuros maestros sobre este asunto mediante unas clases prácticas y teóricas. Para ello se cuenta con expertos universitarios y especialistas de varias ONG; estas últimas han sido las promotoras de la experiencia. El trabajo comenzó hace dos años. Entonces se hicieron encuestas en las universidades para ir perfilando con detalle el problema y recopilar experiencias previas
educando en valores podemos lograr una sociedad mas justa
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